La conmemoración continúo hasta hoy miércoles y como cada año recibió el multitudinario acompañamiento de creyentes que abrazan y sostienen esta tradicional festividad puntana.
El lugar encierra una belleza religiosa y natural que invita a ser experimentada porque de otro modo se vuelve indescriptible. Al recorrerla se presentan nobles oportunidades, allí los pobladores encuentran la manera de mostrarse y en comunidad ofrecen sus más ricos menús artesanales, recuerdos, vestimentas, entre otras propuestas diversas que se añaden a la extensa columna de visitantes.
Esteban Juarez dijo ¡presente! con su negocio de alfajores artesanales. “Es muy bonita la experiencia de ofrecer mis productos a los puntanos que nos visitan. Muy bello el pueblo, las familias y lo más importante es que disfrutamos todos en tranquilidad”, distinguió con entusiasmo junto a su familiares.