Recientemente la Subsecretaria de Agricultura de la Nación publicó el informe sobre la Estructura de la Producción Agropecuaria.
El documento confirma lo que las comunidades campesinas denuncian hace tiempo: la mayor parte de la producción esta tercerizada, la agroindustria está concentrada en pocas manos y centenas de productores han desaparecido.
El informe indica que el 70% de la producción agrícola se realiza en campos alquilados, mientras que solo el 30% de la producción es desarrollada por los propietarios. Las provincias con más superficie alquilada son las centrales: en Entre Ríos el 75% de la producción se generó en terrenos arrendados en la campaña 22/23, en Córdoba el porcentaje fue de 73, en Santa Fe el 71% y en Buenos Aires el 67%.
En San Luis, La Pampa y Santiago del Estero el 69% de la producción se realizó en terrenos alquilados, mientras que en las provincias con menor rinde y más alejadas de los centros de distribución el porcentaje se reduce al 60%, como en Salta, Tucumán y Chaco.
Varios factores del esquema agropecuario nacional perjudican a los medianos y pequeños productores, que no pueden resistir a los embates climáticos, económicos y ambientales, por lo que se ven obligados a vender o alquilar sus tierras a gigantes del agro que tienen a mano los recursos necesarios para resistir la crisis económica y ecológica. Además, la industrialización de la producción agrícola reduce el requerimiento de mano de obra, obligando a muchos campesinos a migrar hacia los centros urbanos en busca de sustento.
Otro dato a destacar, es que a comparación de la campaña 21/22, en la campaña actual se perdieron 1.300 productores.