El ex CEO de Google analiza los desafíos éticos, la competencia global y la necesidad de reglas universales para enfrentar la nueva era tecnológica
El impacto de la IA trasciende la economía y la seguridad nacional, planteando dilemas éticos y sociales de gran calado. Schmidt reflexionó sobre la necesidad de mantener la dignidad humana y los valores fundamentales en un mundo donde la IA podría superar la inteligencia y capacidades humanas en múltiples ámbitos. “No se trata de que los robots tomen nuestros trabajos y luego los destruyamos, como en las películas. Se trata de cómo coexistimos con entidades que pueden descubrir cosas que no entendemos”, explicó.
El ex CEO destacó la importancia de establecer reglas éticas universales para la IA, inspiradas en los valores compartidos por las sociedades humanas. Mencionó la experiencia de la startup Anthropic, que alimentó a su modelo de IA con una “constitución” basada en principios democráticos, como un ejemplo de cómo se pueden inculcar normas de comportamiento a los sistemas artificiales. Schmidt sugirió que podría existir una estructura moral común, similar a la que subyace en los Diez Mandamientos, que sirva de base para regular la IA a nivel global.
Impacto global: el sur global, la adopción tecnológica y ejemplos prácticos
Durante la sesión de preguntas, Schmidt abordó el impacto de la IA en el sur global y la distribución desigual de los beneficios tecnológicos. El ex CEO reconoció que las tecnologías de IA no tienden a redistribuir la riqueza de forma natural, lo que podría agravar las desigualdades entre países. “Un pequeño número de personas y países que se mueven rápido y a escala ganan, y el resto no puede seguir el ritmo”, afirmó. Señaló que India representa una excepción, gracias a su sistema educativo y su diáspora tecnológica, mientras que África y otras regiones enfrentan mayores dificultades para adoptar la IA.
Schmidt también compartió ejemplos prácticos del potencial de la IA en sectores como la salud, la vivienda y los negocios. Describió cómo agentes inteligentes podrían automatizar procesos complejos, desde la construcción de una casa hasta la gestión de inventarios en pequeñas empresas, y cómo la IA puede acelerar el descubrimiento de medicamentos y mejorar la atención médica mediante el análisis de grandes volúmenes de datos.
Colaboraciones, anécdotas y el proceso de creación del libro

El libro “Genesis: Artificial Intelligence, Hope and the Human Spirit” es fruto de la colaboración entre Eric Schmidt, Henry Kissinger y Craig Mundy. Schmidt relató cómo conoció a Kissinger en una conferencia y cómo este, tras expresar su preocupación por el impacto de Google en la civilización, se interesó profundamente por la IA. “Henry estaba convencido de que el mundo digital transformaría nuestra percepción de la realidad”, recordó Schmidt. Kissinger, quien falleció poco después de terminar el manuscrito, aportó una perspectiva filosófica sobre la relación entre la tecnología y la naturaleza humana.
El proceso de escritura del libro incluyó debates sobre los riesgos existenciales de la IA, la importancia de la percepción humana y la necesidad de anticipar los cambios sociales y políticos que traerá la revolución tecnológica. Schmidt y sus coautores buscaron ofrecer una visión equilibrada entre el optimismo por el progreso científico y la cautela ante los desafíos éticos y geopolíticos.
Hacia una ética universal y un llamado a la acción
En la parte final de la conversación, Schmidt insistió en la urgencia de establecer reglas éticas universales para la IA y en la responsabilidad de gobiernos y sociedades para actuar con rapidez y sensatez. “Democracia y libertad son fundamentales. Hay que luchar por ellas”, concluyó. Schmidt considera que la humanidad se encuentra en un momento decisivo, en el que la colaboración internacional y la definición de valores compartidos serán esenciales para guiar el desarrollo de la inteligencia artificial y asegurar que beneficie a todos.