En el Hospital Provincial Neuquén cuentan con una ayuda invaluable: Burlete, un perro rescatado que superó una dura enfermedad y forma parte del equipo de Asistencia Emocional con Animales. La ternura también cura.
Un encuentro que dibujó sonrisas
Este jueves, Martina, una paciente del área de Pediatría del Hospital Provincial Neuquén, tuvo una visita muy especial. Burlete, uno de los perros entrenados para brindar asistencia emocional, llegó hasta su cama junto a su papá, que la acompaña todos los días. El momento fue puro alivio: caricias, mimos y una ternura que ayudó a hacer más llevadera la estadía hospitalaria.
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Cada quince días, Burlete y otros perros entrenados visitan espacios comunes y salas de espera. Su sola presencia reduce el estrés, mejora el estado de ánimo y devuelve, aunque sea por un rato, la sonrisa a quienes más lo necesitan.
“Tenemos un programa en el cual acompañamos al personal del hospital con los perros de asistencia emocional”, explicó Lucas Grego, Director de Sociabilización y Equipo de Búsqueda y entrenador de Burlete.
Un programa que abraza a pacientes y familias
El Hospital Provincial Neuquén transita su segundo año con el Programa de Asistencia Emocional con Animales No Humanos, un trabajo articulado con la Subsecretaría de Ciudad Saludable de la Municipalidad de Neuquén. Involucra a múltiples áreas: la Dirección General del HPN, Direcciones Asociadas y los Departamentos de Servicios Médicos, Maternidad e Infancia, Salud Mental, Comunicación y Calidad.

“Continuamos con la asistencia emocional con animales, enmarcada en un protocolo que garantiza la higiene, seguridad y bienestar de pacientes, equipo de salud y de los animales”, explicó Mónica Pérez, jefa del Departamento de Comunicación del HPN.

