Mirko, el perro de la Policía Caminera que protege las rutas de San Luis

Durante cinco años, Mirko ha sido parte esencial de los operativos de control de la Policía Caminera de San Luis. Con siete años de vida y una carrera destacada en la detección de narcóticos, este perro mestizo —cruza de pastor belga Malinois con ovejero alemán— se ha convertido en un emblema del trabajo silencioso y preciso de la división Canes.

En uno de sus últimos servicios, Mirko volvió a destacarse al detectar cocaína oculta en un colectivo que trasladaba hinchas de Independiente Rivadavia de Mendoza, durante un operativo realizado en el marco de la Copa Argentina. Su participación fue clave para el resultado de ese procedimiento y volvió a poner en valor el rol de los canes entrenados para tareas de seguridad vial y prevención del narcotráfico.

La división Canes está compuesta por 12 perros operativos y 11 efectivos, de los cuales siete ya están certificados como guías avanzados. Pronto, tres más comenzarán el proceso para obtener esa acreditación. Además de narcóticos, el área trabaja en detección de explosivos, armas y personas desaparecidas. Uno de los canes, Togo, está especializado en pólvora y armas de fuego, mientras que otros dos se encuentran en etapa final de adiestramiento para búsqueda en grandes áreas.

El entrenamiento de un perro policial lleva entre uno y dos años, con prácticas intensas y adaptaciones a distintos escenarios, desde ruidos de motores hasta la convivencia permanente con personas. Todo ese esfuerzo busca formar animales equilibrados y efectivos en sus intervenciones, como lo ha sido Mirko en cada salida.

A las puertas de su retiro, Mirko ya no duerme en un canil, sino que pasa sus días suelto y tranquilo en la base operativa, recibiendo el afecto de todos. Sus compañeros destacan su carácter tranquilo y la energía con la que encara cada misión, como si fuera su primer día. Cuando se concrete su baja, será adoptado como mascota, tal como ocurre con la mayoría de los canes de la división, que encuentran en sus guías un hogar para la nueva etapa de sus vidas.

La historia de Mirko resume el espíritu de esta unidad especializada: compromiso, dedicación y un profundo respeto por los animales que forman parte del sistema de seguridad. Un verdadero héroe de cuatro patas que deja huella en cada ruta de San Luis.