En el programa “Buenos días, mi gente” por Radio 107.5 MHz Un Nuevo Sol, Splendid, de Alejandro Bustos hablmos como la expansión de las ventas online y las ferias de ropa se consolidó en Villa Mercedes como parte de los cambios en los hábitos de consumo acelerados durante la pandemia. La tendencia, que combina la reutilización de prendas, precios accesibles y nuevas formas de comercialización, registra un crecimiento sostenido en distintos sectores de la ciudad.
Entre los espacios más activos se encuentra la feria ubicada en 9 de Julio 1211, gestionada por Silvia Páez y Alejandra, dos emprendedoras que transformaron un proyecto personal en un punto de referencia local. Allí ofrecen ropa nueva y usada en perfecto estado, con una liquidación especial durante diciembre que fija todas las prendas en 3.000 pesos.
Según Páez, el fenómeno está relacionado con varios factores: el alto costo de la indumentaria, la búsqueda de alternativas económicas y la decisión de muchas personas de desprenderse de prendas que ya no utilizan. “En promedio, entre siete y nueve personas por día llegan con ropa para vender o consultar. Se generó un efecto dominó: más gente se anima a traer sus prendas y también a comprar en ferias”, explicó.
Las organizadoras detallaron que reciben principalmente ropa en muy buenas condiciones, seleccionada bajo criterios estrictos y sin detalles. También incorporan artículos nuevos con etiqueta. El sistema combina compra directa y consignación, lo que permite a quienes entregan prendas obtener un ingreso extra.
Páez destacó, además, que la feria reúne indumentaria de media estación, invierno, verano y ropa formal. “Muchas prendas están como nuevas. En algunos casos, cuesta distinguir si son usadas o recién compradas”, señaló. Incluso, relataron casos de clientas que adquirieron vestidos para eventos y recibieron elogios por su calidad.
El espacio funciona con exhibición en percheros, lo que permite recorrer y elegir de manera similar a un autoservicio. También ofrecen asesoramiento a quienes lo requieren. Para sus impulsoras, la iniciativa demuestra que el comercio local se adapta a los nuevos hábitos de compra y que las ferias se consolidan como una alternativa económica y sostenible dentro de la ciudad.
