Benicio Fernández, el joven villamercedino que transforma barreras en medallas

Con apenas 16 años, Benicio Fernández volvió a destacarse en el Torneo Nacional de Atletismo para personas con Síndrome de Down, organizado por la Federación Argentina de Deportes para Atletas con Síndrome de Down (FADASD) en San Rafael, Mendoza. Representando a Villa Mercedes, se subió al podio en cuatro oportunidades: obtuvo el primer puesto en lanzamiento de bala, segundo lugar en 80 metros, y primer puesto en 200 metros y en posta mixta juvenil.

El frío y la lluvia no fueron un obstáculo para el joven atleta. Lo llamativo es que el atletismo no estaba en sus planes, ya que siempre se inclinó por el fútbol y es fanático de Boca Juniors. Sin embargo, en 2024 aceptó participar en los intercolegiales adaptados representando al Instituto del Carmen, donde sorprendió con su talento y despertó la atención de la entrenadora de la Selección Argentina, Flavia Candillu.

Ese descubrimiento lo llevó poco después a Córdoba, donde debutó en un torneo nacional con una actuación inolvidable: oro en 200 metros y en posta. A partir de allí, su carrera fue en ascenso, con medallas en los Juegos Evita, concentraciones de la Selección en distintas provincias y un crecimiento sostenido que lo proyecta como una de las grandes promesas del atletismo adaptado argentino.

Benicio suma horas de entrenamiento en pista y gimnasio, fortaleciendo su técnica y disciplina. Sus entrenadores lo describen como un joven independiente, predispuesto y con gran sentido del humor, que contagia energía a quienes lo rodean.

Más allá del deporte, su vida conserva la esencia de un adolescente de 16 años: cursa quinto año, disfruta de la música, de su familia y de compartir con amigos. Incluso mantiene rituales propios antes de competir, como pasar siempre por el baño antes de la llamada de pista, una costumbre que ya forma parte de su historia personal.

Hoy, con solo dos años en el atletismo, integra la preselección argentina y sueña con vestir la celeste y blanca en torneos internacionales. Su esfuerzo, alegría y constancia lo convierten en un orgullo para su familia, sus entrenadores y para toda Villa Mercedes, que lo acompaña como ejemplo de inclusión, superación y perseverancia.