Tras llevar a cabo 32 allanamientos en diferentes lugares del país, se logró rescatar a 403 víctimas de trata de personas con fines de explotación laboral.
En la provincia de San Luis, fue clausurada de forma temporal la sede de Remar vinculada a estos delitos , dejando a sus miembros en una situación de desamparo.
Un paciente de la Fundación afectada mencionó que pasó la noche en la calle y ahora se encuentra vendiendo sahumerios para poder subsistir y, si es posible, pagar por un lugar donde hospedarse y evitar pasar hambre y frío.
Si no logra encontrar trabajo rápidamente, tiene la intención de recaudar fondos para poder regresar a su provincia natal, La Rioja.
El paciente relató que quedaron muchos jóvenes en la terminal de autobuses, algunos de los cuales recibieron ayuda de sus padres para regresar a sus hogares, mientras que otros se encontraron sin hogar y sin recursos. La situación es desesperante.
En relación a su experiencia en la “Granja Comunitaria” de Remar, el paciente mencionó que estuvo allí durante cuatro meses y medio, y describió una rutina agotadora en la que debían realizar trabajos desde muy temprano en la mañana para ganarse una comida y tener acceso a una cama y agua caliente. Sin embargo, señaló que había maltrato por parte de las personas a cargo y que había muchas personas con problemas judiciales acusadas de robos en la organización.
Actualmente, el paciente se encuentra en una situación de calle que considera peligrosa y está desesperado por encontrar trabajo para poder sobrevivir.
Remar es una ONG internacional sin fines de lucro que se dedica a la ayuda humanitaria, pero estos hechos lamentables ponen de manifiesto las problemáticas y malas prácticas que pueden existir dentro de algunas organizaciones.