Este lunes, a partir de las 9:30 horas, dará inicio en el Poder Judicial de Villa Mercedes el juicio contra el ex sindicalista Juan Carlos Solalinde, quien está imputado por el femicidio de Johana Galdeano.
El fiscal de primera instancia, Maximiliano Bazla, acusa a Solalinde de homicidio doblemente calificado por mediar una relación de pareja y por violencia de género, y ha solicitado una condena de prisión perpetua. El fiscal de juicio, Ernesto Lutens, respaldará esta acusación.
La querella demostrará que entre Solalinde y Galdeano existió una relación sentimental de seis años, fruto de la cual nació un hijo que, en el momento del crimen, tenía dos años. Se presentarán diferentes elementos probatorios, como pericias, para mostrar que el homicidio ocurrió en un contexto de violencia de género, donde la víctima sufrió violencia física, psicológica y económica en gran medida, además de múltiples amenazas con armas de fuego y violencia sexual.
Durante el juicio, se ventilarán los exámenes psicológicos y psiquiátricos de Solalinde para analizar su perfil, su capacidad para la maldad y la crueldad, y su baja tolerancia a la frustración. También se presentarán pericias informáticas realizadas al teléfono de Solalinde, donde los jueces podrán escuchar, a través de grabaciones, la voz de Johana expresando su temor por lo que iba a suceder y recriminándole los años de violencia. Además, se expondrán mensajes de texto por WhatsApp y fotografías que resultan ser escalofriantes.
Este material fue obtenido gracias al trabajo de los especialistas de Delitos Complejos de Villa Mercedes, quienes accedieron al celular del imputado y descubrieron comportamientos comprometidos, como maniobras de seguimiento, la instalación de un GPS en el auto de la víctima, y la capacidad de escuchar en vivo sus conversaciones mientras anotaba sus actividades.
El 26 de mayo de 2021, Solalinde citó a Johana en su propiedad, ubicada en Sarmiento Nº 866, bajo el pretexto de querer hablar con ella. Durante la conversación, la amenazó para que se fuera, y tras una discusión, le disparó varias veces con un revólver calibre 357 Magnum. Las dos primeras balas las disparó a un metro de distancia y continuó disparando mientras ella yacía en el suelo. Posteriormente, se entregó a la Policía, alegando que se había defendido y afirmando no recordar más detalles.
La investigación reveló que el ex dirigente de la UOCRA alteró la escena del crimen arrastrando el cuerpo sin vida de Galdeano y colocando un cuchillo tipo serrucho en su mano izquierda.