Se presentaron los primeros detalles relacionados con los resultados de ADN. La especialista en Biología Molecular, Virginia Divizia, interpretó el informe que descarta la participación directa de Guillermo Páez en el homicidio de Mafalda Sánchez. El análisis se centró en comparar las muestras obtenidas de la víctima con las de tres hombres inicialmente considerados sospechosos.
El informe reveló que no se encontraron rastros de Páez en las uñas de Sánchez, ni de las otras dos personas involucradas en la investigación. Uno de ellos, Daniel Rivarola (cuñado de Páez), fue detenido por el crimen pero liberado posteriormente al no poder demostrar su implicación. El tercer sospechoso, un transeúnte identificado por un perro rastreador, fue desvinculado conforme avanzaba la investigación.
El material genético hallado en las uñas de la mano izquierda de Mafalda corresponde a una persona no identificada, que se presume fue el autor del robo y el agresor. Se sospecha que esta persona pudo haberla sujetado por los brazos y tapado la boca para evitar que gritara, según las conclusiones forenses.
La pericia confirmó que el ADN encontrado no pertenece a ninguno de los tres hombres analizados ni al material genético extraído de una gorra negra con verde encontrada en la escena. La sangre en la escena del crimen era de Mafalda, y se analizó tanto en manchas sobre una tarjeta como en el suelo del comedor. Además, se identificó un perfil genético mixto en las uñas de la víctima: uno masculino y otro femenino, confirmando que el perfil femenino corresponde a Sánchez.
A continuación, declaró el policía del Departamento Homicidios, Carlos Lucero, quien fue interrogado por la defensa sobre una amiga de Mafalda que pasaba mucho tiempo con ella. Esta mujer había declarado haber visto a Páez en la mesa del comedor de Sánchez, ya que había solicitado una cita para parapsicología, y comentó que lo conocía de otro barrio.
En el debate presentaron las pruebas audiovisuales recolectadas por los efectivos para reconstruir la ruta de Páez ese día. El oficial inspector explicó que realizaron este trabajo poco después de la detención e identificación del ahora imputado, corroborado por dos vecinas que lo reconocieron como uno de los “trabajadores” observados junto al tablero eléctrico frente al departamento de Mafalda.
Según el itinerario, a las 11:30 se le ve en un supermercado chino ubicado en Jorge Newbery 1500, donde, según sus compañeros, compró azúcar. Circulando en moto, otra cámara lo captó a las 11:57 pasando por Jorge Newbery hacia el oeste. A las 12:00 aproximadamente, fue registrado en una panadería en el barrio ATE 2, sobre calle Miguel B. Pastor, comprando bizcochitos. Después del mediodía, se perdió su rastro.
Lucero añadió que en la obra informaron que Páez estuvo ausente alrededor de una hora y regresó alrededor de las 13:15, período durante el cual no pudieron determinar sus actividades.
Otro testimonio fue proporcionado por una perito en Delitos Informáticos, quien analizó un reloj Smart que monitoriza datos relacionados con el corazón. Esto permitió establecer que las pulsaciones cesaron a partir de las 12:45, con un nuevo corte en el registro de la frecuencia cardíaca cerca de las 13:15.
Finalmente, otro especialista comentó sobre el análisis del teléfono celular. Explicó que el último mensaje de WhatsApp enviado fue a las 12:13 y que no se leyeron ni respondieron los mensajes recibidos a partir de las 12:20. El juicio seguira la proxima semana..