La Misa central, se celebro en un templo repleto de fieles, fue el punto culminante de una jornada llena de esperanza y plegarias por el pan y el empleo.
En una emotiva y fervorosa procesión, miles de fieles se congregaron para rendir honores a San Cayetano, el venerado patrono del trabajo y el pan. Guiados por el carismático padre Luis María Peralta Cúccaro, la multitudinaria marcha de esperanza recorrió los alrededores de la capilla que lleva el nombre del santo. Desde la parroquia San Cayetano, la procesión se desplazó por las calles Urquiza, San Lorenzo, Rivadavia y Juan Saá, antes de regresar al punto de partida en un círculo completo de devoción.
Una vez completado el recorrido, una congregación numerosa se reunió para entonar un rosario especial en honor a San Cayetano. El momento culminante de la jornada fue la solemne Misa central, que se celebró en el exterior del templo y atrajo a una multitud que llenó cada rincón disponible, siguiendo la tradición arraigada en esta festividad. El fervor y la devoción llenaron el aire, mientras los fieles expresaban sus agradecimientos y peticiones por empleo y sustento, buscando el amparo y la intercesión de San Cayetano en tiempos de necesidad.
La celebración de San Cayetano en Villa Mercedes no es simplemente una festividad religiosa, sino un evento que reúne a la comunidad en un espíritu de solidaridad y unión. Es una oportunidad para reflexionar sobre la importancia del trabajo digno y la importancia de apoyarse mutuamente en momentos difíciles. La presencia del padre Luis María Peralta Cúccaro, liderando la procesión y oficiando la Misa central, añadió un toque especial a la ocasión, fortaleciendo los lazos entre los fieles y su iglesia.
La devoción a San Cayetano trasciende barreras geográficas y sociales, y en Villa Mercedes, año tras año, se manifiesta de manera contundente. La procesión y la Misa central se convierten en momentos de comunión y esperanza, donde la comunidad se une en un propósito compartido: buscar un futuro más promisorio, caracterizado por el trabajo digno y la prosperidad para todos. En este día, las calles se llenan de fe y gratitud, recordándonos la importancia de mantener la esperanza en medio de las adversidades y de confiar en la intercesión de San Cayetano para guiar nuestro camino hacia un porvenir más luminoso.