Empleados del Banco Nación, trabajadores estatales y vecinos se manifestaron enérgicamente contra la eventual privatización de este organismo público, que da empleo a más de sesenta familias en la localidad.
“Estamos muy contentos por la adhesión de los compañeros, de los colegas de otros bancos privados, de la gente común, de los usuarios. Porque todos saben que esto es nuestro patrimonio, una institución que tiene 130 años de historia que no nos pueden arrebatar”, expresó Claudio Nazario, secretario general de la seccional de Villa Mercedes de la Asociación Bancaria, el gremio que convocó a un abrazo simbólico en la sucursal principal.
A las 14:30 de este jueves, tras cerrar las puertas para la atención al público y finalizar las tareas del día, los empleados salieron a la calle peatonal y rodearon la esquina en el corazón de la ciudad. Más de un centenar de personas desplegaron una bandera con los colores argentinos y corearon la consigna una y otra vez, haciendo uso de megáfonos, pancartas y la potencia de sus voces: “El Nación no se vende”.
“El DNU habla de necesidad y urgencia, pero este banco es rentable, es el más grande de la Argentina, que está al alcance de la gente más necesitada, del agro, de las pymes, que tiene 735 sucursales en el país, 2.800 cajeros automáticos, está en todos lados”, aseguró el gremialista.
El ambiente sosegado de la siesta, tras la lluvia matutina, se transformó en un escenario cargado de la indignación de los trabajadores que ven amenazadas sus fuentes laborales ante la perspectiva de la creación de sociedades anónimas.
“Es lamentable que se privatice el capital del Estado. Lamentablemente, nuestras fuentes de trabajo están en riesgo porque los bancos privados operan con muchos menos recursos y una cantidad mínima de personal”, vociferó Fernando Calderón, uno de los empleados.