El sábado 8 de octubre tendremos la Quinta Feria de Vinilos de Río Cuarto, pero en Villa Mercedes, desde la hora 17 en Casa 5ta, Tucuman 566, casi Perón. Esta iniciativa es la continuidad de las ferias que desde 2019 se vienen realizando en Río Cuarto, a partir del encuentro de un grupo de amigos que se reunió bajo el nombre de Melómanos Anónimos del sur de Córdoba y ahora puede encontrarse en Instagram como feriadevinilos.r4. Al principio, el grupo original eran unos pocos y rápidamente se fue agrandando, con la intención de conseguir e intercambiar material en físico, básicamente en vinilos. Algunos fuimos ingresando después de la primera feria que se realizó exactamente el fin de semana anterior al cierre total por la pandemia en 2019. Muchos nos conocemos también porque desde hace tiempo, varios nos desempeñamos en los medios de Río Cuarto en actividades alrededor de la música como productores, conductores u operadores de programas de música, cronistas en los medios escritos e incluso en algún canal de youtube.
El auge del vinilo que se desató hace ya diez años muestra que el formato no se fue nunca y que volvió para instalarse con la misma fuerza que tenía en los 70 antes de la irrupción del cassette y del CD en los 80. Muchos nunca nos pasamos al digital dejando de lado lo analógico y nuestras colecciones siguieron creciendo siempre. Llegó un momento en que a alguien se le ocurrió aprovechar esa situación y pasar del intercambio mínimo entre nosotros y abrir al público la posibilidad de reencontrarse con los vinilos y demás soportes digitales, ante la evidente desaparición de las disquerías físicas. De esa forma, desde la primera feria hasta la cuarta que realizamos hace un mes el único camino fue crecer. En las últimas dos recibimos a gente de la ciudad de Córdoba y Villa María, no sólo con material de segunda mano, sino también con material recién editado y también a gente de Villa Mercedes con material más que interesante. La expectativa es mucha porque esta es la primera vez que nos salimos de la cueva y nos subimos a la ruta a probar suerte. Pero ha sido un camino apasionante y ya pensamos en la que vendrá en noviembre – antes del Mundial –seguramente, otra vez en Río Cuarto.