Desde abril hubo compras por USD 14.730 millones. Un informe privado analizó qué utilidad se le dieron a esas divisas. Además del atesoramiento, se destinaron a pagos de resúmenes de tarjeta en dólares y para dólar MEP
Una radiografía sobre los cuatro meses de demanda de dólares tras la salida del cepo para las personas dejó ver que casi la mitad de esas divisas quedaron atesoradas “bajo el colchón” y que el resto se repartió en otras dos funciones: el pago de resúmenes de tarjetas en moneda extranjera y el arbitraje entre la cotización oficial y el dólar MEP para conseguir alguna ganancia por la mínima brecha entre ambos precios.
De ese total, entre abril y julio cerca de USD 2.500 millones se destinaron a pagos de consumos con tarjetas de crédito en moneda extranjera, mientras que USD 6.587 millones se utilizaron para atesoramiento. El resto, USD 5.639 millones, se destinó a “otras inversiones”, concepto que incluye la compra de divisas en el mercado oficial para abastecer la demanda de dólares en el mercado financiero.
Según PxQ, se trata de “personas humanas que arbitran la diferencia entre el tipo de cambio oficial y el CCL, encargándose de mantener la brecha en 0% y abasteciendo así de divisas a otras personas humanas o compañías”. En muchos casos, explicaron, esas divisas se emplean para pagar deuda o realizar transferencias al exterior de compañías que operan legalmente fuera del mercado libre de cambios por estar aún obstaculizados por los controles remanentes. La consultora destacó que mantener la brecha en 0% “tiene un costo alto en términos de demanda de divisas”, porque el mercado debe equilibrar constantemente la liquidez en dólares frente a las necesidades de atesoramiento y pagos.
En primer lugar, que “el oficialismo puso innecesariamente (puesto que llegó a la presidencia habiendo perdido PBA tanto en la general como en la segunda vuelta) la vara muy alta” sobre la performance electoral en esa provincia. Y en segundo lugar, mencionó que “para que la demanda de pesos se recupere tiene que aumentar la oferta y/o caer la demanda de dólares. Lo primero es poco probable, mientras que lo segundo parece ser el camino decidido dados los riesgos de entrar en una recesión”, concluyó.
Por su lado, LCG señaló que “con expectativas de depreciación que se sostienen elevadas y una demanda usualmente pujante en la previa a las elecciones, es probable que la dolarización de carteras haya seguido siendo relevante también en agosto”. La consultora añadió que la menor oferta de divisas por la vía comercial, combinada con la demanda sostenida, se tradujo en mayores tensiones en el mercado de cambios. “El impulso del gobierno a las tasas de interés intenta que la estrategia de carry trade vuelva a ser una fuente de oferta”, explicaron.
Por último, el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) puntualizó -solo a manera comparativa- que en relación a los desembolsos realizados por el FMI, la formación de activos externos (el nombre técnico que le da el Banco Central) equivale al 118,8% del total girado desde Washington. Hasta julio el organismo había enviado USD 12.000 millones y en agosto realizó un nuevo envío de USD 2.000 millones.
Según CEPA, “esto no significa que el BCRA haya realizado intervenciones en el Mercado de Cambios para abastecer esta demanda de dólares, sino que las compras y ventas de divisas se realizaron entre privados”. La consultora agregó que la comparación busca evidenciar “la elevada demanda de divisas en los meses posteriores a la unificación cambiaria”, sin implicar necesariamente movimientos directos del Banco Central.