Desde 2020, la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) cuenta con un Laboratorio de Resistencia e Inmunología Tumoral, dedicado al estudio de uno de los tipos de cáncer de piel más agresivos: el melanoma. Bajo la dirección del doctor Sergio Álvarez, este espacio desarrolla investigaciones centradas en los mecanismos que vuelven a este tipo de tumor resistente a los tratamientos actuales, con el objetivo de mejorar la eficacia terapéutica y ampliar la supervivencia de los pacientes.
Ubicado en la planta baja del Bloque I de la UNSL, el laboratorio funciona de manera interdisciplinaria e integra investigaciones en modelos in vivo (con ratones), in vitro (con líneas celulares tumorales e inmunes) e in silico (análisis computacionales con bases de datos). El equipo se enfoca principalmente en el estudio del vemurafenib, una terapia dirigida utilizada en clínica para tratar melanoma, y analiza cómo la resistencia que desarrollan las células tumorales afecta también al sistema inmune del paciente. El objetivo es proponer estrategias combinadas que ataquen el cáncer desde múltiples frentes, apuntando no solo a las células malignas, sino también a estimular la respuesta inmunológica del organismo.
Aunque el laboratorio fue oficialmente creado con ese nombre en 2020, sus investigaciones comenzaron en 2010 como parte del Laboratorio de Biología Molecular. Desde entonces, ha crecido sostenidamente: hoy cuenta con tres investigadores del CONICET, becarios doctorales y estudiantes de grado. Más de 15 personas han sido parte del equipo, contribuyendo a seis tesis doctorales y numerosas tesis de grado.
El impacto social de su trabajo es significativo. Según datos del Instituto Nacional del Cáncer y el Registro Argentino de Melanoma Cutáneo, la incidencia del melanoma va en aumento, especialmente en personas jóvenes de entre 20 y 35 años, lo que conlleva una gran carga social y económica. Aunque las muertes por cáncer han disminuido en general, el melanoma continúa desafiando a la medicina por su alta capacidad de desarrollar resistencia a los tratamientos. Desde la UNSL, el equipo de Sergio Álvarez trabaja para revertir esa tendencia.
El laboratorio cuenta con equipamiento de última generación, como sala de cultivo celular, microscopios, PCR en tiempo real, centrífugas refrigeradas, freezer de -86 °C, equipo de fluorescencia Odissey, lector de microplacas y tanque de nitrógeno líquido para la preservación de células. Todos estos recursos fueron adquiridos mediante subsidios de investigación altamente competitivos, que también permiten la compra de insumos indispensables para el trabajo científico.
Con una sólida articulación con otros institutos como el IMIBIO-SL (de doble dependencia UNSL/CONICET), este laboratorio representa un ejemplo de investigación de vanguardia que, desde San Luis, contribuye al conocimiento científico mundial en la lucha contra el cáncer.