Un proyecto puntano analiza contaminantes invisibles en el agua
Un equipo de investigación de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) trabaja en el desarrollo de sensores capaces de detectar sustancias presentes en el agua de consumo que, hasta hace poco, no eran consideradas contaminantes. El proyecto está centrado en el Etinilestradiol, una hormona sintética utilizada en anticonceptivos orales, y el Triclosan, un antibiótico presente en numerosos productos de cuidado personal.

Ambos compuestos, conocidos como contaminantes emergentes, se originan en la actividad humana y presentan efectos adversos sobre la salud y el medio ambiente. Al no haber sido identificados como contaminantes en sus orígenes, hoy no existe una legislación que regule su presencia en aguas superficiales ni potables.
La iniciativa es dirigida por María Luz Scala Benuzzi, doctora en Química, docente de la UNSL e investigadora asistente del Conicet. El proyecto apunta a desarrollar plataformas nanoestructuradas que puedan aplicarse en sensores o biosensores para la detección en muestras de agua de este tipo de sustancias. En ambos casos se trata de compuestos que pueden generar alteraciones endócrinas y efectos tóxicos comprobados en organismos acuáticos.

Los sensores utilizan técnicas de detección basadas en electroquímica. Para mejorar la sensibilidad, el equipo modifica los electrodos con materiales de carbono que ellos mismos sintetizan en el Laboratorio de Bioanalítica de la UNSL. Estos materiales se obtienen a partir de biopolímeros o azúcares, sin generar gases ni residuos tóxicos, a diferencia de otros métodos de síntesis convencionales.
A los materiales desarrollados localmente también se suman nanomateriales comerciales, lo que permite mejorar el rendimiento de los electrodos y hacer más eficiente la detección en agua. Según explicó Scala Benuzzi, este tipo de desarrollos permite controlar y monitorear compuestos que, pese a su presencia cada vez más frecuente, no son eliminados por las plantas de tratamiento de residuos.

El impacto del proyecto trasciende el plano académico. Estas herramientas podrían contribuir a mejorar la seguridad alimentaria y la calidad ambiental, en un contexto donde ya se han registrado efectos graves en peces y anfibios por la exposición a estos contaminantes. “Poder regularlos y prevenir su ingreso al medio ambiente es clave para la sociedad”, sostuvo la investigadora.
El equipo del Laboratorio de Bioanalítica cuenta con experiencia en el desarrollo de sensores para la detección de marcadores de enfermedades, alérgenos, micotoxinas y contaminantes. En esta línea, el estudio fue seleccionado dentro de la convocatoria Proyectos de Investigación Iniciales (PROINI) de la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la UNSL, un programa que busca impulsar a jóvenes investigadores e investigadoras en sus primeros pasos dentro de la carrera científica.

La Pedrera Noticias